Aprovecho un viaje de trabajo para reencontrarme con mi ciudad, Barcelona.
En esta ocasión el reencuentro es doble.
Dos buenos amigos, Joan Albert y Salva, que me acogen con mucho cariño en su casa situada cerca del Parque Güell.
Iniciamos el viaje cenando en un restaurante del cual ya podéis tomar nota: » La Tartatería».
Disfrutamos de un menú degustación, a muy buen precio, que nos deleitó con un sinfín de excelentes bocados.
La noche dio para mucho.La mañana quedo anulada.
Quedamos para comer Beth Galí, la «Mia Mamma» arquitecta y Jordi Garcés, arquitecto, catedrático y amigo.
Lo mejor las vistas del puerto de Barcelona y la grata conversación que mantuvimos durante horas.
Beth nos despidió subida en su bicicleta, y Jordi y yo nos dipusimos a subir Rambla arriba.
Rambleamos como en otros tiempos, a paso lento y sumidos en la conversación.
Los turistas parecían no existir.
Nos paramos delante del Liceu para comentar las nuevas puertas diseñadas por artista Jaume Plensa.
Coincidimos en aprobar la intervención.
Jordi me invitó a subir a su despacho.
La ultima vez que lo había hecho fue hace ya casi 25 años, como chico de los recados del estudio de Oriol Bohigas.
Disfruté de la explicación del último proyecto que ha realizado, la Casa de Begur.
Fue un verdadero placer disfrutar de sus explicaciones y comentarlo como dos colegas arquitectos.
Ambos mantenemos la llama de la pasión de esta profesión, pese a todos los inconvenientes que imponen este país, donde prima la norma y la burocracia.
La noche del sábado disfruté de una fantástica cena hogareña en casa de Joan Albert y Salva.
Me levanté pronto para poder pasear por el Parc Güell sin turistas.
Hacia muchos años de la ultima vez.Fue como una primera visita.
Disfruté de pasear y contemplar todos los detalles de la fantástica obra de Gaudí sin hordas de turistas.
A las 9.00 en punto, el primer grupo de japoneses hizo su aparición.
Agradeces tener una mirada arquitectónica y poder analizar las respuestas proyéctales que dio Gaudí a las preguntas que le plantea el lugar y las necesidades con muy pocos recursos.
Camino de vuelta me tropecé con uno de los edificios mas atrevidos que recuerdo de mi época de estudiante realizado por el Arquitecto Francesc Rius.
Rius plantea una solución industrializada de un conjunto de viviendas.
La forma queda definida por la voluntad de evidenciar las soluciones constructivas.
El proyecto plantea imágenes sorprendentes.
Despedimos la ciudad condal con una comida de amistad, no podía ser de otra manera, para luego poner rumbo a Palamós, donde iniciaríamos nuestra jornada laboral.