Hoy es Luna Llena

Diébédo Francis Kéré, arquitecto

Material fotográfico revista Arquitectura Viva

Fotógrafos :Enrico Cano   Erik-Jan Ouwerkerk   Siméon Duchoud 

Africa es el futuro.

Cuando entiendes que el futuro es volver a tomar contacto con el lugar, los materiales básicos que te rodean, la unión de las personas en comunidad.

Cuando entiendes que el futuro de la innovación no pasa por la tecnología, sino por el acto de resolver con lo que tienes a tu alrededor. 

No son pensamientos propios.

Son influenciados por uno de los arquitectos más importantes del mundo que ostenta el premio Pritzker 2022 ( Nobel de Arquitectura ), Francis Kéré .

Su vida es una epopeya.

Nace en una pequeña población de Burkina Faso, Gando.

Su maestra detecta la capacidad del niño, proponiendo a la comunidad la voluntad de apoyar a Francis para que fuera al instituto.

Cada persona aportó un capital para que Kéré estudiara y sus conocimientos se revertieran en el futuro del pueblo.

Francis Kéré apoyado por su comunidad llego a superar los estudios de bachillerato y pudo ser becado para ir a la universidad en Berlin.

Lo tuvo muy claro.

Estudiaría arquitectura para ayudar a su comunidad a mejorar sus condiciones.

Cuando Francis acabó la carrera en Berlin con muy buenas calificaciones.

Su siguiente paso de Diébédo ( significa el que transforma ), no lo dudó, era volver a su pueblo y devolver a la comunidad todo su apoyo. 

Su primer proyecto no podía ser otro. Una ESCUELA.

Material : arcilla, madera, plancha metálica y la fuerza de la comunidad.

Cada brazo fue vital.

La visión fue construir a partir del análisis de las condiciones y de las necesidades, la materia disponible, y los conocimientos adquiridos.

El calor y las grandes lluvias son los elementos a superar.

La escuela iba a ser un espacio donde conseguir un temperatura y frescor adecuado para el estudio. Todo un lujo.

Podemos estudiar la arquitectura de Kéré como una solución técnica que aborda la problemática del lugar sin olvidar la belleza, «la belleza necesaria» como la titula Luis Fernandez Galiano:

«Esta belleza no es ajena a la economía de medios, que depura procesos y lenguajes hasta dejarlos reducidos a su condición más original y primigenia, …a la más radical desnudez»

Sus edificios resuelven los problemas desde el basamento, elemento que nos aísla así como el tejido que nos protege del exterior y la cubierta como elemento de cubrición y respiradero climático. 

Así podemos estudiar las escuelas, pilar del conocimiento y la libertad, que él va proyectando en diversas comunidades. 

La comunidad siempre busca el árbol más robusto como punto de encuentro y reunión.

Sagrado, como sagrado es la asamblea.

Y así el árbol esta presente es toda su arquitectura, desde el pabellón que construyo Serpentine Gallery, Londres, en 2017 o el proyecto de la Asamblea de Burkina Faso. 

Yo describiría a Francis Keré como un «removedor» de conciencias desde una actitud positiva.

Un mensaje que nos ayuda a poner en duda la arquitectura occidental, abocada a ser la abanderada del consumismo y el poder del capitalismo.

Francis Kéré nos muestra las pautas, así como Peter Zumthor, Glenn Murcutt o la Escuela de Arquitectura de Valparaiso, de crear una arquitectura como fruto de una reflexión, desde la comunidad, para solucionar problemas y ambiciones en contacto con la realidad. 

La sociedad actual vive en una posición individualista que solo busca el divertimento sin ser consciente de sus acciones. 

Africa es la oportunidad para volver al inicio y tomar contacto con nuestra esencia.

Pero la realidad es que vemos Africa cómo un continente a explotar y un inmenso vertedero , como así os lo he ilustrado en el viaje a Guinea Bissau.

Kéré busca romper esta visión desde la exaltación de la unidad básica de Africa, unidad de la gente, como punto de crecimiento , siempre tomando como punto de partida los materiales y la cultura que nace del lugar.