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El mejor viaje es la vida.
Hoy es luna llena.
La luna llena del mes de marzo.
Febrero se despide con una pequeña demostración de dureza.
Una bajada de temperaturas importante y una nevada inusual nos han hecho recordar lo frágil que es todo nuestro sistema.
Cada acción tiene su consecuencia.
Todo empieza por uno mismo.
Poco tiempo le dedicamos a parar y mirar hacia adentro.
Por eso decidí viajar solo.
Solo tú eres tu acompañante. Tú decides contigo mismo.
Y para viajar con uno mismo no es cuestión de viajar con una agenda apretada de excursiones y sitios a conocer.
Al contrario, lo importante es poder disponer de tiempo para quedarse frente al paisaje sin hacer nada.
Fuerteventura te ofrece la calma, el horizonte, el vacío.
Lo más interesante del viaje es lo inesperado, como inesperado fue Lagares.
Una localidad al borde de una carretera donde no sucedía nada y todo ocurría.
Conocer personas que prefieren adaptarse a un paisaje duro, pero disfrutar de un tiempo que transcurre más lento.
Ben, Cristina, Alejandra, Alberto, Mia, eligieron rodearse de mar y sentir que la vida les pertenece.
Es posible trabajar para poder vivir. Un vivir donde lo que te atrae son las olas del mar y surfearlas, pasear descalzo por la playa o hacer una cerveza en el “Canela”donde cada noche puedes disfrutar de música en directo.
Son las 10,00pm de la noche.
El show diario de las noticias informa de la actuación del cantante Rihanna en el descanso de la Super Bowl Americana.
Me llama la atención.
Lo que percibo no es la típica americanada de cantantes en un escenario cambiando de vestiditos continuamente.
Una línea roja cruza estadio.
Puntos blancos danzando crean una masa.
La línea se trocea transformándose en plataformas que se dibujan en el vacío del estadio.
Línea y punto.
Me permito estudiar.
El fin último de la luna.
Un proyecto, que os explico detalladamente, ideado por una mente pensante que sabe dialogar con la escala de un estadio de futbol americano con la única fuerza de la línea y el punto.
Uno tiene que saber dialogar con la calma de la isla afortunada y dejarse sorprender por algo que no le es propio como el show de la Super Bowl.
Y todo esto es posible si uno está en calma, atento y dispuesto a dejarse sorprender.