Hoy es Luna Llena

Surf, Van y buenos Amigos.

El cambio climático va a llevarnos a modificar radicalmente nuestras costumbres.

Mallorca ya no es un buen destino para pasar las vacaciones de julio y agosto, a menos que quieras achicharrarte de calor y sentirte como una sardina en conserva.

Esta realidad hace que incluso los mallorquines salgamos de la isla en busca de temperaturas más adecuadas para el verano.

El calor extremo y yo no somos muy amigos.

Nunca pensé que me convertiría en un emigrante por causa del cambio climático.

La tierra que me acoge por segundo año es Galicia.

Este año, mi viaje se dividió en dos partes.

Durante la primera semana, alquilé nuevamente la furgoneta de Mario para pasar unos días con Toni Varela en Malpica.

Con la excusa de mejorar mi surf, pasé un tiempo en su fantástica compañía.

Los siguientes diez días me uní a Ana, Cristian y Uli para realizar nuestro tradicional viaje de verano, descubriendo un poco más de las tierras gallegas de sur a norte.

El vuelo de Palma a Santiago aterrizó a las 11:30 de la noche, lo que me obliga a viajar de Santiago a Malpica durante la noche.

Llovizna y mi teléfono está sin batería.

Fue toda una aventura que me hizo llegar a mi destino muy tarde.

Cerré la furgoneta y dejé que el día siguiente me recibiera con el sonido de las olas en la playa y un fresquito que me obligó a ponerme una polera.

Me duché en la playa y desayuné en el Leño.

Apenas llegué, me encontré con Toni y Carlos, listos para comenzar el día en la One Surf Academy, con una taza de café en la mano.

Parecía que no había pasado un año.

Después de los abrazos de reencuentro, ya estábamos planeando nuestros días de surf.

Toni me anunció que un amigo se uniría a nuestra expedición.

Jorge hizo su aparición diez minutos después y, como era de esperar, iniciamos una conversación centrada en el surf.

George, así lo llama Toni, me recordó a los heavy metal de mi época.

Fornidos, con el pelo largo y sin ningún estilismo definido.

Hablaban con gran propiedad sobre tablas, giros e historia general del Long board.

Decidí aceptar que sería el principiante del grupo con mi nivel intermedio bajo de surf, que dudo que supere en el futuro.

Decidimos iniciar nuestro viaje de la manera adecuada. Sobre máteles.

Nos subimos a la furgoneta de Toni.

No podemos llamarla simplemente «furgoneta».

Es un santuario.

Toni la adaptó con tableros simples para dormir y viajar a su manera y sus posibilidades.

Incluso creó un espacio para una pequeña chimenea que le proporcionara calor en invierno.

Al encenderla, la furgoneta necesita que le den aire y ronronea como los motores de los años 70 antes de ponerse en marcha.

Unos jóvenes de menos de 20 años quedaron perplejos al ver y escuchar todo el proceso para poner la furgoneta en marcha.

Llegamos a una fonda en un pequeño pueblo donde solo sirven menús.

El ambiente es tan auténtico que me hace sentir estar en las entrañas de esta tierra gallega.

Decidimos, durante los cafés, pasar la noche no muy lejos de Malpica, en la Praia de Seala.

Aparcamos las furgonetas en un lugar alto que nos permitía ver la playa.

Toni anunció que podíamos dormir la siesta, ya que las olas no llegarían hasta la tarde-noche con la marea alta.

Dormir con las puertas de la furgoneta abiertas al Atlántico es todo lo que uno puede desear.

Un gran lujo.

El agua no estaba tan fría como esperaba, pero la corriente era fuerte.

George, con su traje de neopreno, luchaba por ponerse de pie.

Me di cuenta de que aprobaba la teoría con sobresaliente, pero en la práctica estaba un curso por detrás de mí.

Yo, con mi tabla de corchopán, disfruté surfeando algunas olas y me cansé de subir al pico que me engullía cada vez que una ola de más de dos metros se precipitaba sobre mí.

La noche cayó y nos esperaba la cena en la furgoneta de George, la antítesis de la de Toni.

Un trabajo exquisito de conversión realizado por la empresa Viking y dirigido por Jorge, que convirtió una furgoneta de reparto en un pequeño palacio.

No faltaba ningún detalle.

Lo mejor era un espacio de estar en la parte trasera que se convertía en una cama de matrimonio por la noche, al apretar un botón que activaba un mecanismo de correas que hacía bajar el somier desde el techo.

El baño era un juego de geometría para que el inodoro quedara oculto bajo un asiento y dejara toda la cabina para ducharse tranquilamente.

George y Toni son como la dama y el vagabundo, pero en su versión gallega.

Después de la cena, siempre había conversaciones con los compañeros de las otras furgonetas y rezos a la virgen «María» , que aun que no soy devoto, aseguran una noche llena de risas.

De Seala a Razos.

Una playa espectacular a poca distancia de Malpica, de donde es originario Toni.

La cena en el club náutico fue fabulosa después de pasar dos horas en el agua.

La brisa que recorría la furgoneta fue una bendición para conciliar el sueño.

La lluvia y el mal tiempo del día siguiente no nos desanimaron a probar el agua.

Toni nos brindó la oportunidad de hacer una excursión para ver los antiguos molinos de agua construidos junto a los ríos.

Una escapada perfecta para abrir el apetito antes de ir a uno de los mejores restaurantes de Malpica.

M A T E R I A L.

Quedé sorprendido por el buen gusto del local y por el cuidado de la iluminación, la acústica, así como por las navajas y la carne que nos sirvieron.

Celebramos el final de la fiesta de nuestro encuentro con una charla en la furgoneta de Jorge.

Detrás de esa imagen de «metalero» de antaño se esconde un investigador apasionado de regeneración de nuevos tejidos en el CSIC, que acaba de aventurarse a crear su propia empresa en La Coruña, después de pasar varios años en Madrid.

Todo un cerebro que un día decidió ayudar a unos «loquitos» a montar una academia de surf.

Jorge es el tercer socio del que tanto me hablaban y que siempre se mantiene en la sombra.

Cuando te entregas a la vida y le das oportunidades, esta te recompensa con personas como Toni, Jorge y Carlos.

Gracias, chicos, de nuevo por vuestra hospitalidad y cariño.

Nos vemos pronto.